sábado, 4 de abril de 2015

Sin título

(Recorte ATP de cierta "carta" que escribí alguna vez, hace algunos años... me la recordaron, y la quise rescatar.)

"Quisiera poder creer sin sentirme un boludo ingenuo
Que quien fuiste está guardada/escondida, esperando a escaparse de vos.
Y que suene un día el teléfono, y sea ella preguntándome como estoy.
Y que pueda responder que bien. Que sigo siendo un hombre,
aunque su carcelera me haya tratado como a un perro.
(Que pueda decirlo sin rencor)
Y que entonces me invite un vino. Y vuelva a ser una aventura.
Pero son sueños infantiles. No caben más en esta canción.
El tiempo. La distancia. Ese rio de aguas no tan claras que nos pasa por debajo.
Los ojos miopes del amor, que miran a través de un lente deformado
Se cierran de miedo cuando llueve la verdad
como un adoquín que te parte la cabeza
Y los ojos del dolor, paranóicos y sensibles como los de un duro
Carecen de toda imaginación para embellecer la realidad.
Y la realidad es un bar vacío.
Y yo borracho y solo en una mesa para dos
con una foto vieja adentro de un libro
extrañándote del moño a los borcegos.
Y vos lejos abrazada a otra historia.
Y una libreta llena de números.
Y un teléfono siempre cargado en mi bolsillo, en el que ya nunca suena tu voz."

sábado, 7 de marzo de 2015

Paréntesis

Creo recordar haber soñado con un psicologo que me diagnosticaba severamente 'soledad crònica'. Tambien dijo que no era grave, pero que me replanteara eso de estar triste por la cuestion. Qué se yo. Capaz que no lo soñe... capaz que solo lo pense despues de tomarme el vino. O mientras lo tomaba, con amigos. Da igual... o no?

viernes, 6 de marzo de 2015

Acostumbrarse a la soledad
Al whisky barato y las noches largas
Es fácil cuando no hay otra cosa
Que hacer.
Pero una madrugada abrís la ventana y hay luz afuera
Y no te molestan esos primeros rayos de Sol
Y los zorzales hijos de puta, que anuncian el fin de la noche
De repente no te ponen de mal humor.
Y cualquiera diría que estas mejor, pero es lo contrario.
Porque luego, sin que nadie te lo pida
Empezas a intentar comerte la ansiedad
Porque tenes ganas de estar mejor
Empezas a beber menos en las noches
Porque ya no queres reventarte
Y ya no es tan fácil bancársela solo
Y tampoco podes dormir
Y ves mil películas como un boludo
Porque si salis solo te la pegas
-Porque tampoco hay nadie ahora
Estas solo con tus ganas-
Y el fósforo que encendió la mecha
Quizás ya se apagó
(Si es que alguna vez estuvo encendido)
Pero te negas a entrar sin llamar
Y así, en silencio
Descuartizar tus ilusiones (Gracias José)
Y hacer ruido no es digno de quien pretendes ser
Así que sólo te queda encerrarte con tus mambitos
Y darle duro al teclado
Quizás a la cerveza
Un poco
Y película va
Pelicula viene
Fraguar algún otro plan
Que te acerque otra vez a alguna gana de algo
Otra mentira convincente
Que ojalá dure más que algunas semanas
Y con suerte
Crear algo en el camino.
O al menos ganarle a la ansiedad
O en el peor de los casos
Ceder una vez más
Y volver a donde estabas.

11-1 (bis)

Revuelvo en los cajones buscando algo diferente de lo que encontré ayer
pero están los mismos calzoncillos
las mismas medias rotas
a misma pila de remeras negras
revuelvo los discos buscando algo que apenas intuyo
los de siempre siguen revueltos, y el resto dentro del celofán
miro el celular
(para ver si me perdí de algo en los dos minutos que estuve en el baño)
nadie lo intentó.
y va quedando limpia la mesa
transparente la botella
el colchón se empieza a mostrar más mullido
como si buscara merecer un abrazo
y la almohada me llama
pibe, son las cinco
te quedan dos puchos
el quiosco esta cerrado
mañana todo vuelve a empezar
y le digo que no
que se vaya bien a la mierda
que me importa un carajo todo ese asunto
que soy un hombre libre,
y que hago lo que quiero
y la habitación estalla en una carcajada
y hasta las pelusas acumuladas debajo de la cama se ríen de mi.

11-1

Las paredes descascaradas de esta casa
todas las mentiras desparramadas por el piso
las botellas vacías en el lavadero
las palabras que siguen haciendo eco en los pasillos
y todas las ventanas sin cortina
este baño sucio
la soledad de la habitación
la paranoia en mi cabeza
el relieve de las cicatrices
el gris paisaje de estos techos
el silencio roto solo por el ventilador
la luz de un día que no estoy preparado para encarar
se cuela siempre por la misma rendija
como vos.

viernes, 10 de octubre de 2014

sin filtro

sos mi dios
no mi angel
sos mi diablo
sos mi droga
mi veneno
sin antidoto
solo yo
y yo no estoy
yo estoy drogado
estoy rezando
estoy tomando
estoy desapareciendo el vino
y la ginebra
para matarte
o para no odiarte mañana
no se
te necesito lejos
y lo estas
te quiero cerca
venis
o no
y segun el dia no se que es peor
y me pongo cursi
vulnerable
hombre
ridiculo
tiene que terminar
morir y matar
jugar ya se jugo
todos hicimos trampa
la tuya fue peor
ahora
no
se
nada
ni quiero
te juro
no

no

no mas

domingo, 29 de junio de 2014

Te dije en el mar
hasta que el mundo reviente
te dije de pepa
hasta que las tormentas se tragaran la luna y sol
te dije en el mar
quizas con algun vino de mas
que mientras fueras capaz de derramar una lagrima por un poema
eras un ser humano (aunque no pareciera)
y yo te iba a amar, y era real
y mi promesa esta cumplida
y quizas un poco mas
te dije en la playa, quizas porque estaba drogado
te dije entre bambis
quizas solo la queria poner
pero era verdad
juro que era verdad
juro que lo fue hasta el final
te quize así
con todo
cruda, real y desnuda
mentiste mucho
pero no me pudiste engañar
te quize sabiendo que iba a terminar mal
te quise sabiendo de quien era la sangre
que se iba a derramar
te quize hasta donde prometi
y quizas un poco mas
mereciste esa puta palabra
que no voy a repetir una sola vez mas
asi que esos ojos secos
metételos en el culo.
ese hermoso culo que todavia tendrás
aunque hace rato no sos
esa a la que le prometí
que esto nunca iba a terminar
y solo escribi esta cancion para que quedara claro
que la promesa esta cumplida
y quizas,
quizas tambien un poco mas.

miércoles, 11 de junio de 2014

Tabaquerìa (F Pessoa)

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, cierta, desconocidamente cierta,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.

Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos al salir.

Hoy me siento perplejo, como quien pensó y halló y olvidó.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.

He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo fuese nada.
La enseñanza que me dieron,
Descendí de ella por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla.
¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede
haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas
convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más
convincente o menos convincente?

No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos
soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol
verdadero ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo, aunque
tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más
humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.

Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o
que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos
de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.

(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las
chocolatinas, mira que todas las religiones no
enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad
con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel
de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que
nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un
desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir
de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa

(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que
estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar,
que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)

He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no
ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni
amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin
hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al
que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.

He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo
desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el traje que no me
había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por al gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy
sublime.

Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de
enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada
Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la
puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo
mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
en determinado momento morirá también la muestra, y
los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo
la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo
esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así
como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y
viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el
sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.

Pero un hombre ha entrado en la tabaquería
(¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido,
humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo
lo contrario.
enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los
pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia
de encontrarse indispuesto
Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.

El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el
cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(el propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y
me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós,
Esteves!, y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario
de la tabaquería se ha sonreído.

martes, 27 de mayo de 2014

28-5

Una hora cocinando, para cenar solo con mis fantasmas. Me escapé de todo lo que debía hacer para venir a encerrarme acá. Un par de cervezas me ayudaron a tomar la irresponsable y estúpida decisión. Queda media botella de tinto por delante, y ya me preocupa con que voy a distraerme después. Seguro voy a terminar emborrachándome una noche más. Mañana se va a poner difícil la mañana. Y la noche me da miedo. Me preocupa terminar otra semana tirado en la cama, vomitando sangre. A las berenjenas les faltó cocción. No supe lavar bien la rúcula. No tuve paciencia. El relleno y la salsa me salieron ricos. Por primera vez incorporé champignones a algo. Nunca me gustaron. Pero hoy me los comí. Como sea, supongo que no soy buen cocinero. Pero da igual. Sólo yo disfruto o sufro lo que hago. El vino está bueno. Compre uno decente de oferta. Tres botellas. Queda una. Desde la mesita de luz el licor barato que sobro del otro día me mira fijo. Vamos a dormir, me dice. Desconectate, susurra. Finjo que disfruto el vino. Lo saboreo. Le busco algo interesante. Trato de encontrar un sabor que justifique el ritual. Pero me engaño. Da igual si vale 15 o 40, si la botella tiene un hueco de tres centimetros en el culo o viene envasado en cartón. Solo lo tomo. El resto es juego. Sólo otra distracción.
Busco una película que dure dos horas. Lo suficiente para dormirme antes de que termine. Si es mala mejor. O no. Si es mala me aburro y manoteo más la botella. Pero mi problema no es la botella, soy yo. No mi hígado, mi estómago, ni mi páncreas. Mi cabeza. Ya no se de donde sale esto. Si del bobo o la terraza. Si dejamos la cursilería de lado, todo está en la terraza. Por más que le eche la culpa a la suerte. Por más que te eche la culpa a vos.
Me pongo a escribir. Hace casi un año que no me siento a escribir. O a esto, como sea que merezca llamarse. Decirle a un papel, a un archivo en una computadora. Blog. Facebook. Que mierda es esto? Con quien pretendo estar hablando? Con el mundo entero y con nadie, supongo.... más bien con nadie. Sólo me imagino a alguien leyendo esto, y es quién nunca lo va a leer. Supongo entonces que hablo sólo. Cuando mucho alguien recibirá el mensaje por error. Y al fin, no hay mensaje. Porque el problema es justamente, que no puedo decirte el mensaje. Aún si supiera que decir... aún si importara... aún si estuviera seguro, o tuviera sentido, o lo creyera razonable y tuviera un plan, un plan para convencerte, o llamarte, para expulsarte definitivamente o lastimarte. Aún si supiera que decir para que volvieras o para vengarme de vos, para que vinieras acá a darle de nuevo algún sentido a las cosas, uno malo o uno bueno. Aún si supiera que decir para que te extinguieras de una puta vez en el olvido... igual no podría decírtelo, porque no te importa.

....

Entonces escribo. No dejo de beber, pero escribo. No queres escucharme, y no vas a leerme. Y si lo hicieras no cambiaría nada. El problema está en mi cabeza. Así que hablo solo. Le cuento a todos y a nadie. Cocino para dos, ceno solo, bebo por tres, y escribo. No creo que vaya a salir ninguna genialidad. No espero producir nada de valor. No me importa lo que salga de acá. Solo intento algo diferente, para ver si cambia el resultado. Sólo intento introducir una variante, por ridícula que parezca, para que el vino y el whisky y salir al bar y encerrarme no sea todo lo que hago para alejarte cuando me quedo en silencio. Para borrar tu cara de estas paredes cuando todo empieza a temblar segundos antes de ir a la cama. Basta. Basta por hoy. Basta.

jueves, 23 de enero de 2014

Curioso.

Buscar, encontrar, mirar, ver, arrepentirse, correr, esconderse, beber, putear, putear, contenerse, beber, beber, beber, esconderse, beber, tratar de dormir, querer desaparecer, beber, drogarse, beber, rogar a la lluvia que me ahogue, que te ahogue, que nos ahogue a todos, recordar, revolcarse por el piso, rodar entre la mugre, sacudir la cabeza intentando despegar esos recuerdos. Beber, drogarse, beber, tratar de olvidar, tratar de dormir, tratar de apagar, de distraer, de no romperse mas. Terminar el vino. Poner pelicula de mierda. Mirar la pantalla por no mirar el techo. Ver la misma pelicula en todos lados (A mi, a vos, a otro). . Lluvia. Madrugada. Sol. Mañana. Trabajar. Putear. Trabajar. Intentar transitar el día sin sacarte del bolsillo. Y lograrlo. O no. Volver al bar. Meter la mano en el bolsillo.