viernes, 6 de marzo de 2015

Acostumbrarse a la soledad
Al whisky barato y las noches largas
Es fácil cuando no hay otra cosa
Que hacer.
Pero una madrugada abrís la ventana y hay luz afuera
Y no te molestan esos primeros rayos de Sol
Y los zorzales hijos de puta, que anuncian el fin de la noche
De repente no te ponen de mal humor.
Y cualquiera diría que estas mejor, pero es lo contrario.
Porque luego, sin que nadie te lo pida
Empezas a intentar comerte la ansiedad
Porque tenes ganas de estar mejor
Empezas a beber menos en las noches
Porque ya no queres reventarte
Y ya no es tan fácil bancársela solo
Y tampoco podes dormir
Y ves mil películas como un boludo
Porque si salis solo te la pegas
-Porque tampoco hay nadie ahora
Estas solo con tus ganas-
Y el fósforo que encendió la mecha
Quizás ya se apagó
(Si es que alguna vez estuvo encendido)
Pero te negas a entrar sin llamar
Y así, en silencio
Descuartizar tus ilusiones (Gracias José)
Y hacer ruido no es digno de quien pretendes ser
Así que sólo te queda encerrarte con tus mambitos
Y darle duro al teclado
Quizás a la cerveza
Un poco
Y película va
Pelicula viene
Fraguar algún otro plan
Que te acerque otra vez a alguna gana de algo
Otra mentira convincente
Que ojalá dure más que algunas semanas
Y con suerte
Crear algo en el camino.
O al menos ganarle a la ansiedad
O en el peor de los casos
Ceder una vez más
Y volver a donde estabas.

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